Un libro completamente único. Aún cuando uno de los descubrimientos claves en la narración podría adivinarse varios capítulos antes de llegar ahí, no deja de ser una historia bellísima contada desde el amor. Además de disfrutar el libro enormemente (aunque quizá tardé unas 50 páginas en quedar atrapada), aprendí sobre mucho sobre Irán y su historia. Me quedo con el concepto de martir, y la forma en que parecer ser parte de la cultura y mente colectiva de este país. Quizá no tan diferente, y quizá muy distinto, del llamado"síndrome de inferioridad" que es parte del colectivo mexicano. El amor queer también añade sabor y belleza a esta historia.
Este libro, estoy casi segura, sería 100% disfrutable para cualquiera de nosotros que haya vivido parte de su adolescencia y/o juventud en los noventas. Sin embargo, no es otro producto sacando provecho de la nostalgia por esta década; es la autobiografía de un escritor taiwanés-estadounidense llena de vulnerabilidad, amplia conciencia de sí mismo en el contexto, y una autenticidad en la página que el autor sabe que no tenía en aquélla época. A pesar de su inteligencia, cultura musical y constante lucha por diferenciarse de los demás, se mofa de su pretensión (aunque claro que es parte de lo que lo llevó a ser él hoy). Aunado a esta exploración, está la historia de su amistad con Ken en los primeros años de universidad, una contraparte que le sirve de espejo y causa un impacto a tantos niveles, que también se convierte en parte fundamental del ser actual del autor. Es un libro cortito, bellamente escrito, y cautivador.
Qué talento de esta mujer para escribir. El año pasado leí un libro completamente distinto de la misma autora (una memoria tipo periodismo de crimen, pero con una narrativa poética), luego en un podcast la escuché decir que no tiene interés en repetir géneros literarios, disfruta el reto de hacer algo completamente nuevo. Con razón también tiene libros de poemas. En realidad creo que su esencia sí está ahí en ambas obras, pero cada una la trata con una meticulosidad diferente. Pero bueno, el libro trata sobre su matrimonio con un hombre transgénero, y su vida juntxs con su bebé. Sin embargo, esta no es una memoria como cualquier otra sobre una familia, es realmente un tratado filosófico sobre "ser". Eso sentí yo al menos.
Ufff, muy lindo. La relación entre el doctor y el niño en la historia es quizá la que más se quedó conmigo, sobre todo la escena del nacimiento de dicho niño. Pero también me duele el trauma y dolor con el que cargan los hijos del doctor surgido de un accidente. Bien podría ser una serie de Apple, desgarradora y poética como el libro. Buena historia para leer en otoño o invierno bajo las cobijas y sentirnos conectados con nuestras traumas de la infancia, con ganas de sanar.
En la historia, dos mujeres -a simple vista totalmente distintas y de generaciones diferentes- quedan "encadenadas" una a la otra.
Hamnet, otro libro de Maggie O'Farrel es uno de mis favoritos de toda la vida; éste no llega a esa categoría, PERO no por eso quiere decir que no sea una historia elegantemente escrita, dolorosa y que entretiene de inicio a fin. Dolorosa porque hace muy evidente que ser una mujer fuera de lo común, que hace lo que quiere y vive a su manera, era castigado de manera muy distinta hace menos de 100 años.
Un libro verdaderamente único. Seré muy honesta, casi lo dejo durante la primera parte (el libro está divido en 3), he visto reseñas de otros que justo hicieron eso. Para mí empezó a tornarse aburrido y dejé de conectar con la primera protagonista. La escritura es excelente, pero es fácil desconectarse emocionalmente. Sin embargo, la segunda parte me enganchó por completo. Complementa a la primera y le da la vuelta, de manera que me sentí completamente inmersa en la historia. De la última parte, no sé qué pensar. De pronto la sentí innecesaria... pero cuando vuelvo a recordar el libro, entiendo que da otra perspectiva que también complementa la visión del abuso que en realidad está presente todo el tiempo. Neta que ser adolescente duele, la misma palabra lo dice.
En fin, me quedé con mil dudas, me puse a ver entrevistas, y sigo sin decidir si el libro se queda corto para ser algo redondo, o ya es magistral. Quizá lo segundo porque todavía lo traigo en la cabeza semanas después.
Bello. La prosa, aún traducida del coreano al inglés, es poética, y acompaña a la historia de manera perfecta. Me sentí inmersa en el pedacito de mundo de estos dos personas que se encuentran a través de sus sentidos, un hombre que está perdiendo la vista, y una mujer que ha perdido el habla. Es un libro tierno, pero sin cursilería; elevado, sin pretensión.